martes, 13 de enero de 2015

La decisiva ayuda de España en la Independencia de los EE.UU.


         Muchos historiadores americanos y europeos reconocen actualmente que la intervención española, con cuantiosas ayudas en recursos económicos y militares, fue decisiva para el resultado final de la guerra de las Trece Colonias contra el dominio inglés para la independencia de los futuros EEUU de América. Así lo reconocieron los dirigentes norteamericanos que participaron en la guerra, abiertamente y con agradecimiento. El mismo George Washington afirmó: sin la ayuda de España no hubiera sido posible el  triunfo”. Pero, injustamente, son muy pocos los norteamericanos que a día de hoy conocen esta parte decisiva de su historia y sin embargo saben de la intervención francesa, cuando desde Nueva España se derrotó a Inglaterra nada menos que en Luisiana, en Florida, en el Caribe y a lo largo de todo el Río Mississippi. La gran figura del malagueño Bernardo Gálvez debería estar justamente al lado de los grandes héroes de la Independencia de EEUU. 

      En las imágenes, las Trece Colonias (izda) y los territorios españoles (dcha) en la guerra de Independencia de EEUU.


      En la década de 1770 los EEUU estaban integrados por 13 colonias en el océano atlántico, bajo dominio inglés, y a España le pertenecían los vecinos territorios del este y el sur, siendo Bernardo de Gálvez y Madrid gobernador de Louisiana. Aunque España estaba en paz con Inglaterra, este país era una potencia emergente con una armada potente y moderna y gran ansia de expansión, lo que lo convertía en un potencial enemigo. De hecho aún se recordaba la “guerra de los siete años” en la que una confederación de países, en los que se incluía Inglaterra, había derrotado a otra coalición de países, en los que estaban Francia y España, cuando en juego estaba el control sobre Silesia y la supremacía colonial en América del Norte e India
          Cuando los rebeldes patriotas americanos piden ayuda a España, Francia lleva ya un año en ella y está totalmente exhausta, económica y moralmente, siendo su armada naval muy inferior a la inglesa, de manera que en tierra y mar los soldados –que no cobraban paga hacía tiempo- empezaban a desertar. La ayuda económica y material de Francia al ejército colonial americano, muy mal aprovisionado y en franca inferioridad, era ya imposible. En vísperas de la decisiva Batalla de Yorktown las sensaciones que había eran muy negativas, se creía que esa batalla era el fin de los rebeldes, cuyos soldados no tenían ni siquiera uniformes. Se puede afirmar con rotundidad que en ese crucial momento España cambió el curso de la guerra. Pagó a los marinos y soldados franceses, abasteció sus barcos, pagó los sueldos de los soldados americanos rebeldes y proporcionó suministros, armamentos y vestuario. Finalmente,  con su intervención directa, al romper y frenar el cerco inglés a George Washington, se ganó la batalla decisiva para la Independencia de Estados Unidos.

      El dinero aportado a los patriotas rebeldes tuvo distinto origen. Desde una recolecta hecha por “Las Damas de la Habana” - así lo reconoce el historiador norteamericano Stephen Bonsal cuando señala: "El 1.000.000 de libras que Las Damas de La Habana entregaron a los franceses para pagar a las tropas, puede ser considerada la Fundación sobre la que se edificó la Independencia de los Estados Unidos" – hasta los fondos existentes para acabar la Catedral de Málaga, hoy incompleta (le falta por construir la segunda torre, de manera que los malagueños la apodan cariñosamente “la manquita”). Se mantuvo esa enorme ayuda, durante cuatro años y fue canalizada por el diplomático y financiero español Diego María de Gardoqui y Arriquibar, primer Embajador de España en los Estados Unidos (1784-1789), que desfiló junto a Washington en la celebración de la victoria (en la imagen, placa de reconocimiento a Gardoqui en Filadelfia). Sin ella, es muy probable que la escuadra francesa no hubiera salido hacia Cheasepeak, ni que las tropas de Rochembeau hubieran atacado sin haber cobrado su sueldo, ni que George Washington hubiese contado con tantos soldados.
       Hasta ahora muy pocos conocían la historia real. Ni siquiera se sabía que España estuvo allí, cuando lo cierto es que proporcionó 10.000 uniformes y otros tantos mosquetes (españoles) en un momento en que George Washington sólo disponía en su ejército de 5.000 hombres. Además la ayuda española se extendió a los deprimidos ciudadanos de las trece colonias, con  provisiones, mantas y materias primas. Al entrar España victoriosamente en la guerra bajo la dirección del militar español Bernardo de Gálvez, todo el Río Missisipi y toda la costa del Golfo de México cayó bajo control español, lo que frenó la posibilidad de que los ingleses enviaran suministros y refuerzos a través del Rio Mississippi o del Golfo. Sólo barcos españoles y norteamericanos podían hacerlo, y habitualmente lo hacían, desde la española Nueva Orleáns. De ahí que el resultado de la batalla de Yorktown podría haber sido otro sin la intervención de España. Presagio que tuvo el mismo general George Washington antes de esta batalla decisiva cuando afirmó: Espero que esta formidable España no falle en establecer la Independencia de Norteamérica en corto tiempo”.  Sacrificio éste que los patriotas norteamericanos agradecieron, pero que sus hijos injustamente ignoraron, posiblemente porque tras la victoria su posible expansión convertía a la aliada España en el enemigo a batir.
       Baste decir que, finalizada la guerra, Bernardo de Gálvez fue nombrado Virrey de “Nueva España” con capital en México. A este territorio pertenecía gran parte de los actuales Estados Unidos: los estados de Texas, Arizona, Nuevo México, California, Nevada, Utah, Colorado,  Oregón, Washington, y gran parte de los estados de Idaho, Kansas,  Louisiana, Montana, Wyoming y Oklahoma.
  Recientemente, encuentro una noticia muy satisfactoria este domingo pasado: EEUU cuelga en el Capitolio, en el Senado, el retrato de Bernardo de Gálvez, después de que Congreso y Senado le hayan nombrado Ciudadano Honorario, como se observa en la imagen. Se cumple así con la promesa hecha a Gálvez hace 231 años.
 


2 comentarios:

  1. desconocía el papel que hizo España en la independencia de los actuales EEUU, tampoco conocía la magnitud del imperio español en Norteamérica, pensaba que las colonias inglesas llegaban de un océano a otro. Mis felicitaciones por su trabajo y mi rechazo a la política americana del silencio a esa ayuda. No estar agradecido de lo que recibieron no es obra de un buen nacido. Excelente artículo

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  2. Gracias por tu comentario, Damian. Efectivamente como menciono en el texto, las colonias inglesas no llegaban a un quinto de las colonias que el Imperio Español tenía por entonces en territorios de la actual Norteamérica.
    Lo realmente reprochable es que tras la ingente ayuda española a la causa de independencia norteamericana, tardaran tan poquísimo tiempo en olvidarlo ya que tardó muy pocos años en arrebatar al Imperio Español sus territorios allí a cualquier precio (recordemos Cuba), como más tarde haría con México. No obstante, es de agradecer que en el mandato de Obama se haya reconocido la gesta que el Imperio Español hizo en la consecución de su independencia. ¡Más vale tarde que nunca!. Un saludo.

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