sábado, 14 de marzo de 2015

Nuevos datos sobre la evolución humana


    Esta semana, las revistas especializadas anglosajonas han sido particularmente fecundas en datos referentes a la evolución humana, un aspecto del que rara vez hay noticias, únicamente de cuándo en cuándo. Sin embargo, en lo que llevamos de mes de marzo parecen haberse concluido bastantes investigaciones independientes que pasaré a resumir por encima, con el fin de no cansar con datos técnicos.


            Pues bien, la primera noticia a destacar es que, según se desprende del registro sedimentario y arqueológico, parece que el ser humano como género (es decir, como tal, como “Homo”) surgió al menos quinientos mil años (esto es, ¡medio millón de años!) antes de lo que se creía. Y es que hasta ahora era el Homo habilis de Tanzania el eslabón primero y más bajo en la sucesión de especies y “formas” que se darán hasta llegar a nosotros, el Homo sapiens sapiens. Databa de 1,8 millones de años. Pues bien, estos días se ha dado a conocer el hallazgo de una mandíbula humanoide procedente de Etiopía de 2,3 millones de años, que ha llevado a suponer a la comunidad científica  la existencia de un eslabón anterior al H. habilis, retrasando el origen del género al menos 500 mil años. De acuerdo con el jefe del equipo de investigadores que ha realizado la publicación científica, Fred Spoor (del Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology), la nueva mandíbula muestra rasgos más evolucionados que la del Homo habilis, cuya arcaica mandíbula (que recuerda al primitivo Australopithecus afarensis) contrasta con su rostro, más evolucionado,  propio del género Homo.

             Este hallazgo ha entroncado con otra curiosa noticia que confirma que la mejor forma de comprobar la existencia de distintas especies de homínidos es mediante el ADN. El problema es que no siempre éste está bien conservado. A este respecto, el ADN humano más antiguo hallado procede de un fémur de la Sima de los Huesos de Atapuerca (Burgos, España), datado en el 400.000 antes de nuestra era. Pues bien, al analizar este ADN y compararlo con otras muestras, la sorpresa ha sido mayúscula, al ver que está emparentado con los neandertales (Homo neanderthalensis), aunque de todos los géneros, con el que guarda mayor similitud es con los hallados en Denisova (Siberia, Rusia) en 2010, según explicó Matthias Meyer (también del Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology). Esta evidencia ha hecho no sólo replantearse el árbol evolutivo del ser humano, sino que a día de hoy algunos científicos comienzan a plantearse que, tal vez, algunos restos considerados de distintas especies sean de la misma y que muchas diferencias establecidas sean más propias de los distintos sexos (dimorfismo sexual) o tamaños, que de especies. Precisamente en otra entrada ya hablamos de estas tres especies que convivieron en el tiempo (aquí) y que ha hecho a varios científicos cuestionarse si realmente hubo tanta variedad de especies o bien eran diferencias locales de una misma. En la imagen se muestran varios árboles genealógicos que dan ejemplo de la gran confusión actual existente respecto al origen del ser humano.

             Por si todo esto no fuera poco, de una cueva de Israel llega una nueva conmoción y es que se han hallado, por primera vez en la historia, evidencias claras de la convivencia interespecífica entre el Homo sapiens arcaico y el Homo neanderthalensis al encontrarse restos de ambas especies yaciendo en el mismo estrato de la misma edad (55.000 años), en la misma cueva. Y como era de suponer, no se ha hecho esperar la reapertura del ya recurrente debate, ¿qué pasó entre ambas especies?, ¿convivieron, se mezclaron genéticamente, una aniquiló a la otra?. Por cierto que de acuerdo con otras investigaciones, se cree que el H. neanderthalensis desapareció antes de la Península Ibérica, que del resto de Europa (hacia el 45.000 a.n.e). En la imagen, detalle de la Manot Cave de Israel junto a los restos de Homo sapiens.
             Y ya finalmente, para acabar de rizar el rizo a los debates, ya que vemos que no sólo se revisa el árbol genealógico del ser humano, sino si también se mezcló genéticamente con los neandertales, un nuevo debate sale a la palestra, que hace replantearse la salida de África del ser humano y la evolución que siguió, ya fuera de "la cuna de la humanidad". Esto ha venido motivado por el hallazgo en África de gran diversidad en las herramientas de fabricación humana, lo que ha llevado a suponer a los investigadores que llegaron a coexistir diversos homínidos de distintas procedencias (de ahí su distinta técnica en la elaboración de armas líticas, que habrían surgido de manera independiente en estas diversas poblaciones). Para algunos científicos, la salida de África, por tanto, no se habría producido en una única vez, sino que habría sido en diferentes oleadas, con distintos regresos. Para más información sobre la posible migración fuera de África, aquí dejo el enlace con uno de los artículos escritos al respecto, del Nature (está en inglés).


            En la imagen se observan distintas propuestas efectuadas a la luz de los nuevos datos que van llegando. ¿Hubo dos salidas de África que comenzaron a diversificarse entre sí dando lugar a distintas especies de homínidos?, ¿conformaron el neandertal, el H. sapiens arcaico y el primitivo de Denisova el resto de los genes de la población de “ser humano” (H. sapiens sapiens) que actualmente existe?, ¿es el H.erectus y el H. ergaster la misma especie? En fin, que como podemos comprobar, el tema de la evolución humana está ahora y en estos momentos, más dudosa y a la vez creativa que nunca. Lo bueno de todo esto es que motivarán nuevas búsquedas de restos que lleguen a aportar, poco a poco, mayor claridad sobre nuestro origen y nuestro pasado como género.


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